domingo, 5 de abril de 2015

REDACCIÓN SOBRE EL LIBRO: El TESORO MÁS BONITO DEL MUNDO

El martes 24 de marzo, en mi colegio, mi profesor Fernando nos estuvo hablando de que no iba a mandar deberes para la Semana Santa, que era la semana siguiente, pero nos dijo que iba a mandar leer un libro llamado "El tesoro más bonito del mundo", y teníamos que ir a recogerlo a la biblioteca de nuestro colegio. Cuando yo fui a recogerlo a la biblioteca, me leí el resumen del libro y le entregué mi número a la bibliotecaria de nuestro colegio.  Y, por supuesto, me interesaba mucho. Así que como yo entré en el primer turno del comedor y como terminé de comer en el comedor antes que mis compañeros y amigos aproveché para leer el libro.
                                                                                                         
Sus personajes son: Nomeacuerdo y Flor. Flor era una jovencita y siempre llevaba una maleta, pero en la maleta no lleva ropa de ningún tipo, ni toallas, ni un neceser con peines y un cepillo de dientes...  En realidad solo llevaba un montón de títeres, pero no los compraba, lo que hacía es que ella misma los fabricaba. Primero se los imaginaba, después los dibujaba en un papel y por último los hacía cualquier material como lana, tela, madera, cuerdas... Nomeacuerdo es un escritor con una imaginación desbordante, pero con el problema de que se le olvidan las cosas. 
Se conocieron en el parque, cuando Nomeacuerdo vió a un montón de personas rodeando un banco, donde estaba Flor haciendo espectáculos con sus marionetas. Poco a poco, se marcharon las personas hasta que sólo quedaba Nomeacuerdo escribiendo en sus cuadernos descripciones sobre Flor como:
"Su pelo es un torbellino nocturno, sus ojos, dos cometas que rasgan el firmamento, sus dientes, una muralla de perlas dentro de un mar de coral..." Flor se dio cuenta de que Nomeacuerdo la miraba todo el rato o también apuntaba descripciones como las que he citado antes. 
Hasta llego un punto que Flor le saludó a Nomeacuerdo y él también le saludó, aunque estaba tímido. Flor le dijo que si le ayudaba a recoger las cosas o a llevar la maleta y Nomeacuerdo dijo que si le ayudaría. Ambos se dijeron uno a otro sus nombres, y Flor dijo:
-¿Por qué te llamas Nomeacuerdo?
 Él contestó:
-Me llamo así porque se me olvidan las cosas y la palabra que más digo es " No me acuerdo".

-¡Qué divertido! Te llamaré Nomeacuerdo. - Dijo Flor.
Estuvieron un rato hablando de cosas como "¿Te gusta escribir?" o "¿Te gustan las marionetas?". Hasta que se dieron cuenta de que a los dos le gustaba lo mismo. 
Nomeacuerdo dijo que podían hacer una obra de teatro juntos, a Flor le pareció muy buena idea. Metió su número de teléfono en uno de los cuadernos de Nomeacuerdo porque dijo que cuando se le ocurra algo le llame, y se despidieron
C cuando Nomeacuerdo llegó a su calle entró en un bar para preguntarle a un camarero, amigo suyo, que si podía recordarle la situación, la planta y el número de su piso, ya que él no se acordaba. 
Cuando llegó a su casa, no dudó en llamar a Flor porque, durante el camino, se le estaban ocurriendo ideas. Flor cogió el teléfono empezaron a hablar sobre la obra de teatro y al final decidieron que los personajes serán estos:
-La Princesa Nariz de Pimiento, el Dragón Emplumado, el General Matachinches, el Príncipe Valiempuesto, una joven llamada Catalina y por último también habría dos rústicos: un hombre llamado Bonifacio y una mujer llamada Crispina. Nomeacuerdo empezó a escribir, porque o sino se le iba a olvidar. Se pasó toda la noche escribiendo la historia y cuando empezó a salir el sol se fue a dormir un poco. En el parque se pusieron a planificar la obra, Flor leía la obra de Nomeacuerdo. A ella se le ocurrió la idea de que hacía falta un narrador y después de decidir de que Nomeacuerdo tenía ir disfrazado de viejo, muy viejo, requeteviejo. Y así lo hicieron.
Nomeacuerdo se olvidaba de las cosas, pero se podía meter más en su papel mirando una chuleta que tenía apuntada en el brazo. 

                                                                                                                      
La función era el domingo y cuando llegó el día, había niños y niñas, adultos y ancianos. Se trataba de que en los jardines de El Castillo de la princesa Nariz de Pimiento se cometió un robo. La princesa, que se paseaba dando brincos por ese mismo jardín, se dio cuenta de lo que pasó. Asustada, llamó a gritos al general Matachinches que tardó mucho tiempo en llegar, ya que estaba medio sordo. Descubrieron que habían robado las manzanas de un árbol, una mata de fresas y toda el agua del estanque de plata, que según la princesa Nariz de Pimiento se la regaló su abuelo, Narizotas sexto, cuando cumplió un año. Esa agua es la más pura y limpia del mundo y la trajeron desde más allá del Extremo Oriente, con mucho cuidado, para que no se derrame ni una sola gota. El agua refleja a las personas con una claridad absoluta, sorprendente, maravillosa. Y claro, cuando la princesa se dio cuenta, le dio un patatús y el general Matachiches tuvo que llevársela en su espalda a cuestas; él pensó que su espalda se iba a hacer un churro.

Después el dragón Emplumado y Bonifacio entraron y robaron una carretilla, porque él era pobre y el dragón Emplumado le ayudaba para que pudiera trabajar y así hacer que pudiera cuidar de su familia. Luego, cuando el dragón Emplumado iba a irse se encontró con  Crispina que le dijo que necesitaba comida para que pudiera alimentar a su familia, ya que llevaban tres días sin comer decentemente. El dragón Emplumado le dijo a Crispina que robara algunas coliflores y ella hizo eso y se fue agradeciéndoselo al dragón Emplumado. Un rato después apareció el general Matachinches con una escopeta, convencido de que iba a encontrar a el ladrón, cuando de repente, escuchó al dragón Emplumado diciendo que estaba  buscando una medicina que le habían pedido, entonces avisó que si él no quedaba quieto, disparaba. El dragón Emplumado, asustado, se fue a una mazmorra que el general Matachinches  le había dicho  porque o sino le disparaban. En la mazmorra fue atado con las cadenas más gordas que habían para que no pueda escapar y mientras que estaba en ese horrible lugar se lamentaba en voz alta. Más tarde llegó la princesa Nariz de Pimiento para hablar sobre lo que había pasado con él.
-¿Por qué has hecho todo eso?-Dijo ella.
-Lo he hecho porque la gente de tu reino es pobre y yo pensé en ayudarles y...-Dijo el dragón Emplumado.

Estuvieron discutiendo por cosas del dragón Emplumado y sobre todo por el agua del estanque de plata hasta que el dragón Emplumado mencionó la palabra amistad y la princesa no sabía que era y se lo preguntó. Dijo que era un tesoro mejor que el agua del estanque de plata y la princesa le preguntó dónde se encontraba ese tesoro y el dijo que lo tenía que descubrir cada uno por si mismo y ella se lo tomó mal. 
A la princesa Nariz de Pimiento se olvidó de lo ocurrido y se le ocurrió colgar un cartel en el pueblo diciendo de que quien recupere el agua mágica del estanque de plata tendrá una recompensa valiosa como una bota del gato con botas o una calabaza de las que se convierten en carroza o tal vez un calcetín sudado de un futbolista famoso o algo así. Y aprovechando eso también preguntaría que es la amistad.
Cuando el príncipe Valiempuesto leyó eso y pensó que de recompensa se iba a casar con la princesa Nariz de Pimiento. Se fue a casa de la sospechosa: la joven Catalina y la atrapó y la llevó ante la princesa Nariz de Pimiento. La princesa le dijo que dónde estaban escondida el agua del estanque de plata y dijo que nunca se lo diría, pero la princesa dijo que si no le decía nada le haría picadillo al dragón Emplumado y ella le dijo que las botellas estaban en una cueva en las montañas. Después estuvo feliz en su jardín y pensó que no había un tesoro más bonito que el agua del estanque de plata, pero pensó que la amistad podría vencerla así que llamó al capitán Matachinches para preguntárselo. Pero él le dijo que como era viejo y le fallaba la memoria no lo sabía muy bien y la princesa Nariz de Pimiento se enfadó con él y lo echó. Después se encontró con el príncipe Valiempuesto y él le dijo que no quería ninguna de las recompensas que aparecían en el cartel y quería casarse con ella y ella le dijo que no quería hacer eso, pero le dijo que lo haría si le decía que era la palabra amistad. Él, por su puesto, no lo sabía y ella lo echó. La princesa se fue a ver al dragón Emplumado y el le dijo que no se lo iba a decir porque lo tenía que descubrirlo por sí misma. Entonces la princesa ofreció muchas cosas a los demás y ella también recibió muchas cosas: Le dio una manzana a Bonifacio que le arregló una gotera, dio fresas a Catalina y recibió un huevo de dos yemas, un cubo de el agua del estanque de plata y recibió un espejo del agua del estanque de plata y la amistad con Catalina. Después salió Nomeacuerdo diciendo que la princesa Nariz de Pimiento nunca se arrepintió de su decisión y al terminar de decirlo dijo que sean generosos con esos artistas y que sean felices y allí acabó la función. 
Entonces Flor y Nomeacuerdo se pusieron a felicitarse uno a otro. Estaban satisfechos los dos y después de hablar felizmente se pusieron a disfrutar del alegre y contento día. Flor le dijo a Nomeacuerdo que no le importaba que él se olvide de las cosas. Y como siempre, cuando Nomeacuerdo se fue a casa entró en el bar, pero no era porque  se olvidaba de las cosas. Era porque quería tomarse un zumo de naranja. Al irse, su amigo el camarero le dijo:
-¿No te olvidas de algo?
-No hace falta que me digas dónde está mi piso, ni la planta, ni el número.-Dijo Nomeacuerdo.
-No, digo que te olvidas de pagar.
Cuando Nomeacuerdo escuchó eso, se alegró, y se fue a dar un abrazo a su amigo el camarero. Cuando llegó a casa no dudó en llamar a Flor para decirle que tenía una idea para hacer otra obra de teatro sobre el tesoro más bonito del mundo. Cuando Flor lo escuchó se sorprendió y le dijo que esa función la habían hecho esa mañana y que no hacía falta repetirla. Pero el le dijo que la iban hacer sobre el tesoro más bonito del mundo: el amor. Y aprovechando que le había llamado le preguntó si ella le querría si él recuperara la memoria y Flor le dijo que si le querría. 
Cuando terminé de leer el libro tuve una cosa clara: el libro me encantó y me gustaría leer más libros como ese. Por último, también puedo decir que mi personaje favorito fue el general Matachinches porque me dio mucha risa.
    

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